Estudio de una joven campesina del Lacio que conduce un rebaño de ovejas. Como la mayor parte de los artistas extranjeros que pasaron por Roma en el siglo XIX, Villegas se sintió atraído por este tipo de muchacha campesina de pintoresco atuendo. Llama la atención la extraordinaria representación del polvo que los animales levantan en su marcha.