María sostiene en su mano una pera, uno de los frutos de Paraíso, lo que la presenta como la nueva Eva. El Niño, sentado en sus rodillas, juega con el contario o rosario alusivo a la Pasión. San Juan niño, tras la columna, señala las Sagradas Escrituras en las que se anuncia la misión redentora de Cristo, que es el mensaje que subyace tras esta devota representación de la Virgen con el Niño. La escena se sitúa bajo una arquitectura renacentista, a modo de galería abierta a un jardín o mirador, tras el cual se desarrolla un amplio paisaje fluvial.
Entre 1515 y 1520 van Orley realizó varias obras sobre el mismo tema, siendo ésta singular por el fondo utilizado, así como por la pareja de espaldas en el jardín, similares a la que se ve en Madonna del Canciller Rolin, de Jan van Eyck que se conserva en el Museo Louvre de París.
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