Preside la composición la Trinidad (Dios Padre, Cristo y la paloma del Espíritu Santo), a la izquierda aparecen la Virgen María y San Juan Bautista y, más abajo, personajes del Antiguo Testamento reconocibles por sus atributos. La figura femenina de espaldas con vestido verde se ha identificado con la Sibila Eritrea o María Magdalena. En el lado derecho unos ángeles acompañan a miembros de la familia imperial envueltos en sudarios y con ademán de súplica, encabezados por Carlos V. Por debajo aparecen dos ancianos identificados con el Aretino y Tiziano.
Obra susceptible de varias lecturas, fue concebida como plasmación visual de la ortodoxia trinitaria de los Habsburgo, adquiriendo un matiz devocional cuando Carlos pidió contemplarla antes de morir. La fuente de la pintura es un pasaje de San Agustín que narra la visión celeste de los bienaventurados. Para la composición se han sugerido semejanzas con obras de Alberto Durero y Lorenzo Lotto.
Firmada en un papel que sostiene San Juan Evangelista, colgó en el Aula de Moral de El Escorial hasta su ingreso en el Museo del Prado en 1837.
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