Rodean a la Virgen y al Niño un grupo de pastores, con diferentes actitudes de adoración, definiendo un amplio semicírculo en el que también se integran San José, sentado, y el propio pintor, que se autorretrata a la izquierda, señalando el hecho milagroso.
Está directamente inspirando en el cuadro de idéntico tema, realizado por Correggio (1493-1534), conocido como La Notte (Dresde, Gemäldegalerie), de gran influencia entre los pintores del siglo XVIII. La composición demuestra un acusado estudio de la perspectiva, así como de la iluminación, a través de un potente juego de luces y sombras marcado por el resplandor que emana del Niño y que define el resto de volúmenes.
El éxito de la composición de Correggio y el impacto que tuvo en Mengs se prueba por la existencia de varias réplicas sobre soportes de distintos materiales realizadas por él.