Aunque Hermes fue en Grecia el protector divino de los límites, y por tanto el personaje más representado en los hermas, pronto se realizaron cabezas de otros dioses y héroes con un cometido semejante o simplemente simbólico: así, el "lugar de las Hermas", en el ágora ateniense, albergó desde el siglo V a.C. diversas obras de este tipo donadas por los magistrados y portadoras de inscripciones honoríficas.
Esta cabeza representa probablemente a Zeus o al héroe protector de una de las "tribus" atenienses, y tiene por tanto un carácter eminentemente político. su estilo, por otra parte, se mueve en la órbita de los seguidores de Fidias y Policleto, y presenta evidentes recuerdos del arte del Partenón. En cuanto al nombre de "Aristófanes" inscrito por J.N. de Azara sobre el pecho, debe tomarse como una identificación puramente imaginaria.
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