Domenico Fontana fue un arquitecto italiano del renacimiento tardío. Nace en Melide, en el Ticino, cerca del Lago de Lugano, territorio actualmente perteneciente a Suiza. Antes de la muerte de Miguel Ángel (1564) viaja a Roma, donde realiza profundos estudios de la arquitectura antigua y de la época, y se convierte en confidente del Cardenal Montalto, luego elegido Papa Sixto V. Este le encarga en 1584 la construcción de una Capilla Sixtina en la Basílica de Santa María la mayor. Para el mismo cardenal, Fontana construye el Palazzo Montalto, cerca de la basílica. Luego de su nombramiento, Sixto V lo nombra arquitecto de San Pedro. En ese cargo, agrega la linterna de la cúpula y propone la prolongación del interior en una nave bien definida. De mayor importancia son las modificaciones que realiza en la Basílica de San Juan de Letrán (1586), donde agrega en la galería de la fachada norte una arcada doble de gran amplitud, y el pórtico de dos pisos de la ""Escalera santa"". Esta predilección por las arcadas constituye una característica fundamental de la arquitectura de Fontana, quien junto con su hermano Juan, traslada también al diseño de fuentes, en especial la Fontana dellAcqua Paola, o la Fontana di Termini. Entre sus diseños vernáculos, su estilo muy estricto, con influencias de la escuela de Vignola, puede ejemplificarse en obras como el Palacio de Letrán, comenzado en 1586. Fontana también diseñó los brazos transversales que separan los patios del Vaticano. En 1586 erigió el obelisco de 327 toneladas en la Plaza de San Pedro. Esta prueba de ingeniería significó el esfuerzo de 900 hombres, 75 caballos, innumerables poleas y centenares de metros de cuerda. Fontana también utilizó sus conocimientos de estática, que lo hicieron famoso en su época, para la erección de otros tres antiguos obeliscos, en la Piazza del Popolo, Plaza de Santa María la mayor y Plaza de San Juan de Letrán, respectivamente. Después de la muerte de Sixto V, continúa por algún tiempo prestando servicios para su sucesor, Clemente VIII. Sin embargo, muy pronto por insatisfacción con su estilo, envidia, y acusaciones de malversación de fondos públicos, se vio obligado a mudarse a Nápoles en 1592, donde estuvo al servicio del español Conde de Miranda, ocupado en obras de gran importancia urbanística y de ingeniería, como los ""Regi Lagni"" (obra hidráulica de canales a Norte de Nápoles) y la red hídrica de la ciudad. Las comisiones de mayor prestigio fueron el proyecto del nuevo Palacio Real, cuya construcción fue comenzada en 1600, la edificación del Palazzo Carafa della Spina y la realización de la Fontana del Nettuno (Fuente de Neptuno). Además fue encargado de la sistematización de los puertos de Nápoles y Bari y del trazado de las calles Chiaia y Santa Lucia. En la arquitectura religiosa, reelaboró el Complejo de Jesús y Maria (con la construcción de la iglesia homónima), proyectó la Ermita de los Camaldulenses, la Iglesia de Santa Maria de la Estrella, la decoración escultórea de la Catedral y la cúpula de la Basílica de la Santísima Anunciada Mayor. Al término del siglo XVI, durante las obras de construcción del canal entre el rio Sarno y Torre del Greco, encontró numerosos vestigios de época romana: sin saberlo, había abierto una brecha en el corazón de la antigua Pompeya, ciento cincuenta años antes de las primeras excavaciones. En 1606 participó en el concurso para la fachada de la Basílica de San Pedro, luego ganado por su connacional Carlo Maderno. Fue enterrado en la iglesia napolitana de SantAnna dei Lombardi, en la capilla diseñada por él mismo.