Florero de opalina de la Real Fábrica de La Granja, cuya tipología y estilo se enmarcan en la segunda etapa (1770-1787) de la producción vidriera de la fábrica. Durante esta etapa la técnica decorativa que asumirá prioridad sobre las demás será una técnica mixta consistente en aplicar sobre surcos grabados a rueda decoración dorada, como en esta pieza de pie cónico, depósito esférico, cuello cilíndrico estrecho y dos asas acostilladas. La decoración se centra en el depósito con un cestillo con girasoles y adormideras del que parten hojas lanceoladas a ambos lados, ramillete floral también en el centro del cuello y pequeña cenefa con detalles geométricos hacia la boca. Este tipo de decoración está también presente, a través de los grupos florales de la cerámica francesa de Rouen, en la cerámica alcoreña y talaverana.
Por la tipología de la pieza y el estilo decorativo parece pertenecer a la segunda etapa (1770-1787) de la producción vidriera de la fábrica de La Granja.
Durante esta etapa la técnica decorativa que asumirá prioridad sobre las demás será una técnica mixta consistente en aplicar sobre surcos grabados a rueda decoración dorada. A partir de 1772 el maestro Simón Brum, de la Fábrica Segunda de Entrefinos, recupera la técnica de dorado en frío y descubre la técnica de grabado en caliente por disolución o molido.
En este tipo de pieza los ramos y guirnaldas suelen aparecer en la parte central y acompañadas de cenefas florales más pequeñas y secundarias ubicadas en el cuello o tapa de los recipientes. Abundan los girasoles y las adormideras, también presentes, a través de los grupos florales de la cerámica francesa de Rouen, en la cerámica alcoreña y talaverana (Pastor Rey de Viñas: La Real Fábrica de cristales de La Granja.1998).