Un mono vestido de pintor realiza una obra en su taller. Alrededor aparece el producto de su trabajo, junto a estatuillas y objetos que le definen como un artista culto e instruido. Detrás otro mono, vestido con capa, elegante gorra, cadena de oro y ostensible bolsa de dinero, observa la labor del genio.
Teniers utiliza esta sátira para aludir a la actividad de algunos pintores como meros copistas, carentes de verdadera capacidad artística, haciendo una mención crítica a la figura del falso entendido o aficionado a la pintura, incapaz de apreciar las obras originales. En este tema insiste en la pareja de esta pintura (P1806), con el mono escultor como argumento.
Teniers utilizará como punto de partida representaciones de Pieter Brueghel “el Viejo” (1525/1530 - 1569), sobre el mismo asunto.
Fue adquirido entre 1759 y 1766 por la reina Isabel Farnesio.