Murillo es uno de los grandes pintores de temas infantiles, tanto por sus famosas escenas costumbristas protagonizadas por niños como por sus representaciones religiosas. En esta obra aparece el Niño Jesús en la parábola bíblica del buen pastor que apacienta y cuida de sus ovejas. Se trata de un tipo de imágenes de gran éxito entre la sociedad sevillana de la época, y cuya eficacia devocional se ha mantenido intacta a través de los siglos. En ellas se conjuga un estilo sabio y delicado con un contenido amable y dulce.Originariamente era algo más pequeño, pero fue ampliado antes de 1746 para que formara pareja con San Juan Bautista niño (P00963).La flor de lis indica la pertenencia a la colección de Isabel de Farnesio, gran coleccionista de la obra de Murillo.Procede de la Colección Real.
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