El conjunto de las pinturas murales de la Iglesia de San Baudelio de Berlanga adornaban el interior de la iglesia mozárabe de comienzos del siglo XI. Fueron arrancadas, exportadas a Norteamérica en 1926 y repartidas entre diferentes instituciones. Hoy en día, continúan exhibiéndose piezas pertenecientes al mismo conjunto en los museos de Boston, Indianápolis y en el Cloisters' Museum de Nueva York.
Los seis fragmentos formaban parte de la decoración del registro inferior del cuerpo de la Ermita de San Baudelio y del frente de la galería del coro, todos de tema profano. El conjunto se caracteriza por las composiciones simples, la utilización de colores primarios, la disposición de volúmenes planos en las figuras y la utilización de perfiles muy esquemáticos.
En origen, estaba situada en el muro norte como laCacería de liebres [Cat. 7265], separada de ella por el árbol de la izquierda. Aunque las dos presentan un fondo monocromo rojizo y tienen la misma actitud dinámica de las pinturas profanas de San Baudelio -lejos del estatismo y el grafismo de las escenas sacras, más propios del románico -, en ésta cazador y ciervo se representan de perfil.
El cazador, de pie -posición rara en el románico-, lanza la segunda flecha contra el ciervo -símbolo de Cristo y del alma-, herido ya por la primera flecha -los malos deseos- con que le acosa el cazador.
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