Cristo, vestido con túnica blanca y portando el estandarte de la victoria, se inclina hacia Adán y Eva que, desnudos, esperan ser rescatados del Limbo para ser llevados al Reino de los Cielos. Este pasaje se recoge en los llamados Evangelios Apócrifos, concretamente en el conocido como Evangelio de Nicodemo que narra la Resurrección de Cristo.
Se pueden apreciar dos influencias fundamentales en la composición del cuadro: Miguel Ángel, en la monumentalidad de las figuras, y la escuela veneciana a la que pertenecía Sebastiano del Piombo, en la utilización del color con intención simbólica y dramática.
La obra fue en origen lateral de un altar dedicado a la Muerte y Resurrección de Cristo, lo que explica su formato rectangular. La pieza central del conjunto, el Llanto sobre Cristo muerto fechado en 1516, se encuentra en el Museo Ermitage de San Petersburgo.
Su primer propietario fue Jerónimo Vich, embajador en Roma entre 1506 y 1521. El lienzo fue posteriormente donado a Felipe IV (1605-1665) por don Diego Vich, localizándose en 1657 en el Monasterio de El Escorial, desde donde ingresó en el Museo del Prado en 1837.
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