Este retrato de Aristóteles fue prioridad de Diego Hurtado de Mendoza (1504-1575), poeta, bibliófilo, anticuario y embajador imperial en Venecia entre 1539 y 1546, cuando se traslado a Roma. Aristóteles hacía pareja con otro retrato de Platón también en el Museo del Prado (E00305), y ambos fueron donados por Mendoza, "gran Aristotélico", según Páez de Castro, explica la presencia entre sus bienes de retratos de filósofos y de una "pintura de Filosofía". Mendoza fue autor de una traducción de la Mecánica de Aristóteles. La predilección de Mendoza por el filósofo se reflejó en su biblioteca, tan rica en obras de este autor que la puso a disposición de la Academia Aristotélica creada por algunos de los asistentes al Concilio de Trento. El busto es una réplica de un anónimo relieve en bronce florentino del siglo XV. El relieve de Aristóteles disfrutó de cierta difusión en Venecia en la primera mitad del siglo XVI, y se conocen varias versiones en mármol, siempre emparejado con el de Platón. La mejor pareja, conservada en el Palacio Arzobispal de Trento, ha sido atribuida al escultor Vincenzo Grandi (c.1493-1577/1578), y a ésta le sigue en calidad la del Prado, de medidas prácticamente idénticas, y a cierta distancia las de Múnich, París, etc. A favor de una autoría próxima a Grandi del Aristóteles del Prado jugaría la presencia de Mendoza en Trento durante las sesiones inaugurales del concilio. Recientemente se ha señalado, sin embargo la semejanza entre estas parejas de filósofos y el autorretrato de Valerio Belli (Londres, Victoria & Albert Museum), y aunque sin proponer la autoría de éste para los relieves de Mendoza, sí se ha hecho notar que el embajador español adqurió en Venecia numerosas encuadernaciones que incluían reproducciones de medallas y plaquetas de Belli.
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