Como consecuencia de los ataques de Satán a los primeros dominicos, se instituye en honor a la Virgen una procesión, en la que se canta el Salve Regina. En esta tabla, realizada para el retablo de Santo Domingo de Santo Tomás de Ávila, María se aparece a los frailes que, salvo el oficiante, no advierten su presencia.Procede del Museo de la Trinidad, 1872.
Etiquetes: