Este relieve podría corresponder a un cruz procesional donde iría colocado en el crucero por el reverso. Iconográficamente, el asunto es usual en tal ubicación en cruces de los siglos XIV y parte del XV, tanto catalanas como castellanas. No es tan frecuente que la figura aparezca entronizada como aquí sucede. Pero precisamente conocemos un ejemplar muy parecido en que también se cumple aquella circunstancia aunque carece del remate inferior. Se trata del Pantocrátor de la cruz procesional de Isla (Cantabria) depositada en el Museo Diocesano de Santillana del Mar (CRUZ VALDOVINOS, 1992, nº 93), pieza sin marcas pero clasificable en el entorno de la platería burgalesa. El trono en esta obra tiene un diseño más completo y, como detalle menor, coloca el mundo en el centro de la figura. Aunque tanto en Burgos como en Segovia existen otras representaciones parecidas, pensamos que éste es el más cercano. Los elementos formales coinciden para fechar la pieza en la época de los Reyes Católicos, como sucede con los que conocemos de otras cruces castellanas. Ya Camps Cazorla en el inventario del museo propusa esa datación. Sin embargo, el análisis minucioso más allá de las apariencias nos hace dudar de la antigúedad de la pieza. La expresión se nos antoja de un moderno naturalismo impropio d ela época en torno a 1500. La crestería trasera carece de función definida y no la hemos visto en obras antiguas; por el contrario, es elemento muy repetido en labores pseudogóticas. Otros aspectos chocantes son los adornos del pedestal, los orificios laterales en los contrafuertes y la técnica empleada en los pináculos de atrás.