Se ajusta al tipo de retrato representativo establecido por Michiel Jansz. van Mierevelt en la década de 1620, y mantenido por Moreelse, con el modelo de tres cuartos, ataviado con suntuosas vestiduras y joyas, el cuerpo ligeramente ladeado y una mano apoyada sobre una mesa cubierta con un paño. De este retrato existen otros dos ejemplares: uno sobre tabla en la colección Kowen de Nueva York, firmado "PM" pero sin escudo de armas y otro sobre lienzo en el Central Museum de Utrecht, sin firma, inscripción, ni escudo de armas.
En opinión de Domela, el ejemplar de la antigua colección Kowen y el del Prado podrían ser el mismo y plantea la posibilidad de que el escudo del retrato del Prado fuera rascado en una probable restauración llevada a cabo después de 1953 para sacar a la luz la inscripción "AETA.26.1625" que, en opinión de este autor, estaba debajo. Sin embargo, ni soporte ni medidas coinciden y la reflectografía con infrarrojos permite constatar que la inscripción está encima del escudo. Así pues, el ejemplar de Kowen sobre tabla sería el original, como era lo habitual, y el del Prado, sobre lienzo, una réplica. La diferencia entre el año inscrito (1625) en este retrato del Museo del Prado y el año inscrito (1626) en el ejemplar de la antigua colección Kowen, pudiera ser debida a un error de transcipción.Por otro lado, el ejemplar del Prado coincide en soporte y medidas con el del Museo de Utrecht, que, como se ha dicho, carece de firma, inscripción y escudo. Las respectivas radiografías revelan que estos dos ejemplares son de manos distintas: en el retrato del Prado la factura es minuciosa y dibujística, mientras que el retrato de Utrecht es más suelta y las luces son más precisas.
El análisis de las micromuestras tomadas de la corona, llevado a cabo en el laboratorio del Museo del Prado, revela la existencia de una capa de barniz oscurecido iterpuesta entre la capa de pintura gris oscuro del fondo original y la capa rojiza correspondiente a la corona, lo que podría responder a una posible intervención posterior en esa zona para añadir la corona. Fue adquirido por el Estado para el Museo del Prado a Manuel Trallero en 1987.
]]>La referencia al hombre validador de sus derechos es un recurso frecuente en los retratos femeninos así, además de expresar la proximidad sentimental a su progenitor, se explicita su ascendencia para fundamentar sus derechos hereditarios sobre el gobierno de los Países Bajos.
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La crítica admite la participación de su hermano Amico, lo que explicaría los â??préstamosâ?? de la estatuaria clásica. Ambos pasajes de la Roma clásica encerraban lecciones para los novios: el de Escipión ejemplificaba la continencia del esposo, y el rapto de las sabinas, la capacidad de la mujer para sacrificarse por la familia y la patria.
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